Buf, un estrés total. Nuestro consejo para ese día, deja el móvil. Desconecta con tu familia y no pienses en el futuro. Casi nadie sale con una estimación clara, que es dificilísima de obtener hasta que no salen las respuestas oficiales del ministerio.
A partir de ahí, sí puedes hacerte una ligera idea si comparas resultados de otros años. También puedes mover alguna ficha. Piensa, por ejemplo, si tienes opciones de impugnar a tu favor alguna pregunta. No pierdes nada por intentarlo.
Ya con los resultados definitivos, salvo que tengas una posición muy relevante, tu cabeza no parará de hacerse preguntas. ¿Podré coger la especialidad que quiero? ¿En el centro hospitalario que me gustaría? Y si no es así, ¿qué destino selecciono?
Una buena alternativa para conseguir un poco de luz en este momento post EIR es preguntar a otros residentes y asistir a alguna de las jornadas de puertas abiertas que organizan muchos centros.
A partir de aquí, hasta el día de la elección de plaza, libera tu cabeza al máximo. Ya es un éxito inmenso haber llegado hasta aquí.
Y, si no ha sido esta vez, no te rindas. Es duro, sí, pero esta preparación te hará más fácil el segundo intento, o esa OPE en la que también puedes tener posibilidades. El trabajo bien hecho, cuenta siempre.
¡Adelante!
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